APRENDER Y ENSEÑAR CON LAS TIC: EXPECTATIVAS,
REALIDAD Y POTENCIALIDADES.
La capacidad que tienen las tic para
transformar y mejorar la educación debe entenderse como un potencial que
posiblemente se puede hacer realidad, en función del contexto en las que estas
se utilizan de manera efectiva. Los contextos de uso de las tics son los que
determinan su capacidad para transformar la enseñanza y mejorar el aprendizaje.
El impacto esperado sobre a incorporación de
las tic a la educación tiene que ver con el papel de estas tecnologías en la
llamada sociedad de la información (SI). Es en este escenario donde la educación
adquiere una nueva dimensión: se convierte en el motor primordial del
desarrollo político y social. Normalmente la educación ha sido considerada una
prioridad de las políticas culturales, de bienestar social y de equidad. En la
SI la educación y la formación se convierten en una prioridad estratégica para
las políticas de desarrollo. No es en las tic, sino en las actividades
realizadas por estudiantes y docentes gracias a las posibilidades de
comunicación, intercambio, acceso y procesamiento de la información que ofrecen
las tic, donde hay que buscar la clave para entender y valorar su impacto sobre
la enseñanza y el aprendizaje.
Estudios comparativos internacionales y
regionales indican que hay enormes diferencias entre países en lo que concierne
a la incorporación de las tic a la educación y a la conexión de los centros
educativos a internet.
La incorporación de las tic a la educación está
lejos de ser algo homogéneo como se supone algunas veces y sus efectos
benéficos sobre la educación y la enseñanza están lejos de ser generalizados
como se da a entender en ocasiones. Con respecto a esto dicen Benavides y
Pedrò: “Los niveles de uso de las TIC en el entorno escolar son extremadamente
bajos, hasta el punto de que no pueden equiparse a los que los mismos
estudiantes desarrollan fuera del entorno escolar”. Los estudios de ámbitos
regionales, nacionales e internacionales, coinciden en destacar dos hechos: el
primero es el uso restringido que tienen los profesores y estudiantes con
respecto a las tic que tienen a su disposición. El segundo con la limitada
capacidad que parece tener estas tecnologías para impulsar y promover procesos
de innovación y mejora de las prácticas educativas. Coll y Marti hablan de la novedad de las tic,
que estas permiten crear entornos que integran los sistemas semióticos
conocidos y amplían la capacidad humana para representar, procesar, transmitir
y compartir grandes cantidades de información con menos limitaciones de espacio
y tiempo, de forma casi instantánea y con precio cada vez menor. La capacidad
mediadora de las tic como instrumentos psicológicos en una potencialidad que se
hace efectiva en las prácticas que tienen lugar en las aulas en función de los
usos que los participantes hacen de ellas.
El uso efectivo que hagan los participantes de
las tic depende de la naturaleza y las características del equipamiento y de
los recursos tecnológicos puestos a disposición. Cuando se habla de un estudio
de un proceso formativo que incorpora las tic, su diseño tecnológico resulta inseparable
de su diseño instruccional o pedagógico. El diseño tecno-pedagógico de las tic
es solo un referente para el desarrollo del proceso formativo, y como tal está
sujeto a las interpretaciones que los participantes hacen de él.
Si las 17 herramientas de las tic se
contemplan como contenidos curriculares, como objeto de enseñanza y
aprendizaje, la valoración es relativamente positiva y las perspectivas del
futuro optimistas. La incorporación de
las tics a las actividades del aula no es un factor transformador de las prácticas
educativas. Se muestran más bien, como un elemento reforzador de dichas prácticas
existentes.
Jeison Ruiz
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